En estos tiempos, en los que nos gobiernan personas tan perdidas como el viandante de la foto, hay que decir alto y claro que no nos resignamos a ser engañados una y otra vez, con el discurso de la sostenibilidad, cuando se practica lo contrario, con la práctica de la neolengua o el doblepensar orwelliano de nuestra ignorante clase política.
La ciudad sostenible, la ciudad mediterránea, lo es por la mezcla de usos del espacio urbano y la diversidad de sus habitantes, frente a la sectorización y segregación social de la ciudad moderna. No habiendo tenido bastante con los fracasos del ilegal PIR de Valdecañas, del inviable PIR del Junquillo en Cáceres, y otros, que sólo han servido para construir en mitad de descampados, iluminar calles vacías, dejar en el paro y sin cobrar a miles de trabajadores de subcontratas y autónomos, con sus tragedias familiares, y engañar a los ilusos en la precampaña del 2007, puede decirse que la burra, o los burros, vuelven al trigo que les alimenta.
La Ciudad del Mayor, de Mérida, es otro atentado contra la racionalidad urbanística y la política social. El segregar a la población mayor, aislarla en un gueto, entre la estación depuradora de aguas residuales, con vistas a instalaciones industriales, y unos terrenos con nulo valor paisajístico, sólo es concebible desde la óptico del promotor avispado, que tras recorrer España, acaba vendiendo un proyecto inviable a los incautos extremeños.
Resulta cuanto menos obsceno, que en una región con las pensiones ínfimas, con la mitad de su población en el umbral de la pobreza, un 25% de paro y sin perspectivas de cobrar una pensión, se proyecten residencias de lujo.
Yo conozco un proyecto similar, en Islantilla, que ha sido un fracaso, cuando iba destinado a jubilados con alto poder adquisitivo, holandeses principalmente.
Un proyecto así, es inviable a todas luces, y sólo servirá para ilusionar a algún incauto con los 1000 puestos de trabajo ofrecidos, al igual que pasó con tantos otros proyectos, cuando sabemos que sólo trabajan casi en exclusiva, inmigrantes en precario, y enchufados del poder.
Los extremeños no se merecen estos abusos desde el poder, el predicar cambio del modelo productivo, y sólo promover estas obras, que benefician al promotor y a los políticos únicamente. En este caso, es un insulto a las personas mayores, también.
La salida de la crisis, hacia un modelo sostenible, lo será con la reubicación de los usos urbanos,y la vuelta al modelo tradicional mediterráneo, con mezcla de usos y de capas sociales, fomentando la vida tradicional de relaciones vecinales y apoyos sociales, como siempre fue, y estas infraestructuras, encontrarían una mejor ubicaciónn en áreas con valor natural y paisajístico, como los embalses, compatibilizándolas con infraestructuras de turismo náutico, los canales de aguas bravas, con potencial de generación de energías para su abastecimiento a precio reducido, con el aprovechamiento de mano de obra para trabajar, en áreas deprimidas, con un pacto social que permita la reserva de plazas a personas que no llegarán a cotizar para una pensión mínima... etc, etc.
andrés calderón.
1 comentario:
Si es que no hay vergüenza, Andrés; de todas formas, para encontrar un poco de sosiego y relajación, en mi pueblo están haciendo un spa con las "pelas" del plan E.
Salud y libertad.
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