Hace ya varias décadas que las instancias políticas con poder de decisión, deberían haber reflexionado sobre los cálculos del abuso del vehículo privado: el coche no sólo es un asesino de millones de personas y un elemento fatal para el ecosistema, sino que, además es absolutamente inútil de forma general.
Ya en los 70, Ivan Illich estudió el problema y concluyó que el coche hace perder más tiempo del que se gana utilizándolo: "Las velocidades, crean más distancia de la que suprimen. El conjunto de la sociedad consagra a la circulación cada vez más tiempo del que se supone que se gana. El norteaméricano medio, dedica más de 1500 horas al año a su automóvil: sentado en él, en movimiento o aparcado, trabajando para pagarlo, para pagar la gasolina y los neumáticos, peajes, seguro, impuestos... Emplea cuatro horas diarias para su automóvil, usándolo, cuidándolo, o trabajando para sus gastos. Y esas 1500 horas se emplean para hacer apenas 10000 km de ruta al año".
O sea, 6 kilómetros le cuestan una hora, exactamente la misma velocidad que alcanzan los hombres en los países que no tienen industria del transporte.
Con la salvedad de que el americano medio, destina a la circulación la cuarta parte del tiempo social disponible, mientras que en las sociedades no motorizadas se destina a este fin sólo entre el 3% y el 8%. El mismo cálculo hecho en España (Justo de la Cueva) arrojó que el automóvil exigía a su propietario entre 1090 y 2190 horas al año, sin contar las jornadas laborales perdidas por la congestión del tráfico.
En abstracto, estos datos, sumados a otros, deberían haberse traducido en algún género de decisión política. Pero, en las condiciones capitalistas de producción, los coches no son fundamentalmente coches, sino un plusvalor que tiene siempre que ser producido en escala creciente para que sea posible cualquier otro tipo de producción y cuya "fabricación" tiene, razones, motivos y leyes bien dispares de las que pone en juego el texto de Ivan Illich.
En la práctica, es una tontería pretender sacar algo en limpio de consideraciones de este tipo.
Cualquier medida política que pusiera dificultades extras a la industria automovilística, provocaría una crisis económica frente a la que cualquier gobierno se mostraría impotente y en la que cualquier sociedad podría experimentar cómo, en determinadas condiciones de producción, los remedios políticos son, peores que la enfermedad.
Ante estos datos, se nos puede ocurrir muchas consideraciones políticas, en tanto que seres "razonables" que somos. Cuando se trata de poner en juego nuestras razones, no comprendemos una realidad en la que dominan semejantes datos. Pero como "seres racionales" que también somos, podemos intentar comprender otras razones que no son las nuestras: nosotros tenemos razones, pero la producción capitalista también... y dependemos enteramente de la suerte de ésta.
9 comentarios:
Felicidades por tu blog amigo,te deseo mucha suerte y ánimos para continuar con él.
El coche es una herramienta,podemos sustituirlo por la bicicleta qué es más barata y más sana,pero...da pereza.
Un beso.
Buenas innópolis. ¿Dónde está el ágape de inauguración?
El coche es una de esas maravillas que fuera de su justa medida pierde su encanto.
Cuando hayamos avanzado lo suficiente en la implantación de energías limpias, es muy probable que aún nos queden dos grandes retos que afrontar: el ahorro y el transporte, verdadero pozo sin fondo de nuestra disponibilidad energética.
Saludos y suerte en este universo naciente amigo.
La pereza es pecado capital Conce, y perjudica el medio ambiente. Hay que hacer un esfuercito... que ganamos todos. Los humos de los coches provocan enfermedades.
bueno por esta vez vale, pero a este blog se viene en bici.
buenas noches
lo habrá helios, lo habrá.
Ya iremos viendo lo que supone el transporte dentro de la ineficiencia energética, y de tiempo laboral que se pierde. En Europa hay estudios preocupantes, porque se teme que si hubiera algún tipo de catástrofe, se produciría el atasco mayor de la historia, con consecuencias insospechadas..
continuaremos
¿No es vergonzoso que en pleno siglo XXI el sector transporte sea de los que menos haya evolucionado? No interesa a las grandes multinacionales que dejemos de depender de los combustibles fósiles. Ni que dejemos de tener dos coches por familia.
Diferencias que cuentan
El transporte de 1000 toneladas de mercancías a un kilometro de distancia supone, hablando en términos de contaminación, un gasto de 3,8 € en el ferrocarril, frente a 7,85 € en el transporte por carretera.
El consumo medio de un tren es de 8,9 gramos de fuel-oil por tonelada y por kilómetro, frente a los 31,3 gr. del transporte por carretera.
Un tren de alta velocidad consume 2,5 l de gasolina por cada 100 viajeros, por kilómetro, frente a los 5,9 l del automóvil.
Un abrazo.
Helena.
Para transportar 100 viajeros a 1 km. de distancia, un TGV emite 4,2 kg. de CO2, frente a los 14,1 del automóvil y los 17,1 del avión.
Un tren de mercancías de 30 vagones permite evitar la circulación (y la contaminación) de 60 camiones.
En 1999, el ferrocarril era responsable de la emisión de 7,7 millones de toneladas de CO2 en la atmósfera (sin contar las emisiones debidas a la producción de electricidad) frente a los 743,3 millones de toneladas producidas por el transporte en carretera.
Helena, lo que ocurre es que cuentan más otros factores: si una fábrica quiere transportar su mercancía perecedera o no desde mérida a cualquier sitio de España, debe hacer uso de otros medios, del transporte por carretera. El servicio de mercancías de ferrocarril no ofrece la flexibilidad, ni el servicio adecuado, o sea necesitaría de varias operaciones de carga-descarga, perdiendo competitividad. Además la red española no ofrece ahora mismo un buen nivel de servicio. Se ha liberalizado el sector, pero todavía no se ha hecho realidad, por la poca rentabilidad que ofrece al sector privado. Todo ello acontece por la falta de una red accesible, además de otros factores como por ejemplo, que ya no se realiza el transporte en trenes con distintos clientes, sino que debes contratar un tren "puro" o sea un tren para cada cliente. así es más o menos.
Hay otro problema que es la falta de sentido común en los usos. Es insostenible, por ejemplo, que carguemos kiwuis en Nueva Zelanda en contenedores frigoríficos que vienen a Europa y peor aún, que de Extremadura salgan camiones de 40 Tm de tomate en polvo deshidratado para Italia, allí le añadan el agua y lo envasen y vuelva en camiones de 40 Tm para Extremadura.
Saludos
Felicidades por el blog.
Ya tienes una seguidora más ... espero que no te moleste, pero te enlace en el mío.
Saludos. Nieves.
¡Innopolis no hagas absentismo laboral en el blog!
¡Da señales de vida amigo!
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