domingo, 14 de octubre de 2012

Las Carreteras Parlamentarias: Un Alto Ejemplo de Inmoralidad.

"Antiguo achaque es de los que vivimos en tierra de España, altos y bajos, desde el estadista de mayores vuelos, o el orador político más sesudo y elocuente, hasta el más modesto periodista, considerar a la Administración pública como cosa perdida y motejarla con los epítetos más depresivos.
 A fuerza de repetirnos uno y otro día en todos los tonos que necesita reorganizarse, que es menester someterla a una operación de cirugía, llegamos a desconocer la justicia que inspira semejantes afirmaciones, y a mirar con indiferencia declamaciones que por lo frecuentes resultan estériles.
 Los que más suelen distinguirse en esta campaña de justa censura, son los hombres que forman en los partidos políticos oposición, demostando en ello tanta mayor actividad cuanto más cerca están del poder,, sin perjuicio, cuando lo han conseguido, de dejar las cosas como estaban o de ponerlas peor, confundiendo o anteponiendo siempre su propio interés al de la Nación.

Mas si es frecuente censurar con dureza a la Administración en todos los tonos y desde todos los puntos de vista, ya no lo es tanto señalar concreta y taxativamente alguno o algunos de los defectos de que adolece, poniéndolos de manifiesto ante la pública opinión como preliminar indispensable para que puedan ser corregidos o atenuados. Veamos si podemos hacerlo con un reducido número de ellos...

Nos referimos a la inmoral, desastrosa y perturbadora facultad que se atribuyen los Cuerpos Colegisladores de incluir a porrillo carreteras en el plan general de las del Estado, sin más pauta que las concupiscencias políticas o electorales de los Diputados y Senadores, las imposiciones de caciques, cargo éste tan deshonroso para el que lo ejerce como depresivo para el país que lo sufre, ó el sórdido interés particular del individuo del Parlamento que toma la inicitiva para formular el correspondiente proyecto de ley.

¿Es posible que esto continúe así? ¿Es posible que las Cámaras, ... no se detengan en la senda fatal que han emprendido y renuncien a perseverar en ella?
En 1885, acordó el Senado no tamitar las proposiciones de leyes de carreteras sin presentación previa del proyecto de la obra e informe del Ministerio de Fomento. A este acuerdo débese, seguramente, que en 1886 no se aprobara ninguna ley, siendo empero, su eficacia poco duradera, puesto que en 1887 aprobábanse 83 leyes y penetraban fraudulentamente en el plan general 117 carreteras.
En definitiva: en el período de veinte años, se han votado y aprobado 1059 leyes que comprenden 1311 carreteras, cuya longigud suma 33268 kilómetros...

Entre estas carreteras, que podemos llamar parlamentarias, las hay de todas clases y condiciones. De una provincia sabemos nosotros que se ha agregado una carretera de 108 km de longitud, que recorre en gran parte un terreno poco menos que desierto, de extraordinarias dificultades, otra carretera de unos 300 metros escasos de longitud entre dos puntos unidos ya por un camino vecinal de muy aceptables condiciones.
Otras carreteras dirígense al mar, sin que en el punto señadado para su terminación haya poblado alguno; cuando ás se encuentran unas chozas ruines donde pobres pescadores se guarecen en días tormentosos. Otras carreteras incluidas en el plan están ya construidas con fondos provinciales o municipales y se endosan al Estado por medio de una ley, con el piadoso fin de eximir a las corporaciones locales de los gastos de su conservación.
...
 citar el de dos pueblos situados a la orilla del mar, unidos ya por una carretera de unos tres kilómetros de longitud, y por medio de una ley reciente se propone unirlos con otra que siga los accidentes de la costa, con el fin de que lo dichosos moradores de tan venturosos pueblos puedan pasear cómodamente y tomar el fresco en las noches calurosas del verano.

En otras leyes, se ha señalado el trazado con todo detalle para que los Ingenieros encargados de la redacción del proyecto no tengan que molestarse en estudiarlo. Véase la clase: Ley de 4 de Septiembre de 1893 incluyendo en el plan la carretera de Puente de Aragón a Hecho por Embún (provincia de Huesta; dice su artículo 1º:
" Se incluirá en el plan de carreteras del Estado una de tercer orden que, partiendo desde el mismo puente de la de Jaca a Sangüesa, sobre el río Aragón, y dejando a la izquierda la casa llamada de Soto, línea recta, vaya a las huertas de Santa Engracia, sin entrar en ellas, hasta los linderos de la de Rafael López, y desde allí y también línea recta a la finca llamada Artal de Javierregay, pasando por la parte baja de la huerta de este pueblo a cruzar al río Aragón, Sabordal, por el sitio llamado Los Tramos, y seguirá rió arriba lo más próxima posible al pueblo de mavierregay, molino nuevo de Embim y venta llamada de Patraco al puente de hecho y hasta esta villa."
Hay leyes en las cuales se ha prescindido de todo miramiento humano y se dice sin ambages ni rodeos que el trazado pasará precisamente por la finca de D. Fulano de Tal, como sucede con la que lleva la fecha de 21 de Abril de este año, publicada en la Gaceta del 22 en la cual se lee:
" Se incluye en el plan general de carreteras del Estado una que partiendo de Moreira, en el puerto de Ribadeo y pasando por la finca de los herederos de D. Bernanrdo López Miranda y la calle de la Paz, empalme en el Campo de San Francisco con la carretera de segundo oren de Lugo a Ribadeo."

.. también se ha dado el ejemplo de una ley que una vez publicada no ha resultado inteligible y ha sido preciso aclararla por medio de otra ley (!!), y por último, sabemos de una carretera cuyo estudio se empezó por los Ingenieros del Estado, y quiso su mala suerte que el trazado pasara precisamente por la finca del cacique máximo, que había agenciado su inclusión en el plan general, dividiéndola en dos y perjudicándola notoriamente.

 Cualquiera creería que este señor hubo de hacer de la necesidad virtud y dar ejemplo de resignación..., sacrificando al interés publico su propio interés; pues no señor, lo que hizo fue, a cencerros tapados, procurarse otra ley en que se fijan puntos de paso del trazado con el fin dealejarlo de la finca en cuestión,.
 ¿Puede darse mayor abuso de la ignorancia y de la mansedumbre de los Cuerpos Colegisladores?

 ¿Puede darse un cuadro más lastimoso; puede imaginarse una confusión de disposiciones de carácter general se han dictado, leyes, reglamentos, Reales decretos, instrucciones, etc, a la conveniencia  particular de una comarca, tal vez de un diputado, quizás de un caciquillo de baja estofa, dispuesto a cobrarse la consecución de un engendro legal tan absurdo y monstruoso, con dinero contante y sonante, que de menos nos hizo Dios y de todo se han dado casos?

Tenemos la seguridad d equedarnos muy por bajo de la realidad al asegurar que de los 37000 kilómetros de carreteras agregados al plan de 1877 por obra y gracia de la iniciativa parlamentaria, un 50 por 100 cuando menos responden exclusivamente a conveniencias particulares sin corresponder a ningún interés público, y del 50 por 100 restante, la mitad de las carreteras incluídas no reúnen las condiciones suficientes para que el Estado las toma a su cargo; cuando más deberían ser de  cuenta de las provincias o de los municipios, por representar intereses locales cuya satisfacción pertenece a diputaciones y Ayuntamientos.
.

Hoy que la palabra regeneración se oye por todos lados, hoy que se vislumbra la posibilidad de conseguirla mediante la reorganización de la Administración pública en sus diferentes esferas, llevándola por caminos de rectitud, honradez y simplificación que no debió nunca abandonar, ¿cómo ha de ser posible llegar hasta ella si los cuerpos Colegisladores por su origen bastardo, por la corrupción que en ellos señorea, en vez de ejercer una saludable intervención fiscalizadora , en vez de servir de freno y límite de la Administración activa, la empujan por caminos de perdición, la guían con ejemplos de inmoralidad?

La primera víctima de este lamentable estado de cosas, después del país, es el Cuerpo de Ingenieros de Caminos, al verse obligado a proyectar y construir tantas carreteras inútiles y baldías, todo lo cual representa un caudal grande de esfuerzos y de trabajos consagrado, con pleno conocimiento de causa, a la ruina de la Nación.
Claro está que no es dable a estos funcionarios dejar de cumplir las órdenes superiores dimanadas del Gobierno central, pero si están en el caso de poner de relieve la inutilidad de ciertas carreteras y oponerse a su construcción hasta donde alcancen sus atribuciones y sus medios legítimos de acción administrativa.

  Durante un período de veinte años, han dado a luz nuestros fecundos Cuerpos Colegisladores 1059 leyes (sin contar con la cosecha de este año) incluyendo en le plan general 1311 carreteras con una longitud en cifras redondas de 37000 km, cuyo importe será de unos 1100 millones de pesetas, elevandose en consecuencia la longitud total de dicho pan a la enorme suma de 77000 km, mientras que Francia, con su gran riqueza agrículo, industrial y comercial, con una población de 37 millones de habitantes, sólo cuenta con una red de 38000 kilómetros a cuenta de la Administración del Estado.
En algo teníamos que llevar ventaja a nuestros vecinos, en algún punto tenía que resultar España a inmensa altura sobre Francia. Hay más aún: en esta Nación no se agregan todos los años carreteras a tontas y a locas; y, por tanto, puede considerarse la cifra de 38000 km como fija y poco menos que invariable; en España, si Dios no o remedia, seguiremos todos los años fabricando leyes y agregando miles de kilómetros, hasta que venga quien se encargue de borrar esta obra de iniquidad de una sola plumada.  
Fdo: un ingeniero.

1 comentario:

Website Developer dijo...

Es muy duro para cumplir las normas, porque muchos de nuestros funcionarios públicos están siendo tentados a ser ricos con los fondos del gobierno.